Una de las grandes preocupaciones que afligen a muchas personas a la medida que van envejeciendo es lograr mantener su autonomía en las Actividades de la Vida Diaria, las conocidas AVDs de tantos profesionales.
¿Qué quiere decir esto? Dentro de las actividades consideradas ocupacionales en la vida de cada persona podemos destacar tres ámbitos principales y que aunque estén separados están relacionados entre sí, son ellos:
- Actividades cotidianas o del día a día,
- Carácter emocional y psicológico
- Aspectos sociales
Cuando somos conscientes que nuestra vida esta motivada y apoyada por estos tres razones, se hace relativamente fácil dedicarnos tiempo a mantenerlas a medida que nos hacemos mayores.
Las Actividades de la Vida Diaria (AVDs) son todo lo que hacemos a lo largo de nuestra vida y que prácticamente ocupan todo el día. Son estas que nos permiten vivir de forma autónoma e integrada en la sociedad, cumpliendo así nuestro rol dentro de ella.
Para una mejor comprensión están divididas en:
Básicas: son aquellas tareas personales de autocuidado y autonomía. Por ejemplo: cuidados con la higiene y aseo, el vestirse, la alimentación, las relaciones sexuales, la movilidad, el dormir, etc.
Instrumentales: son un poco más complejas que las básicas y tienen como objetivo la interacción con el entorno. Por ejemplo: manejo de la medicación, citas médicas, uso del teléfono, uso de electrodomésticos, Atención de las mascotas y más.
Avanzadas: aquellas que posibilitan nuestro desarrollo personal dentro de la sociedad. Son complejas y requieren un mayor grado de organización: las ocupaciones relacionadas con el empleo, las finanzas, juegos, viajes, relaciones sociales y más.
No estábamos bromeando cuando comentamos que son «todo lo que hacemos». Así que como adultos en proceso de envejecimiento podemos entender que nos gustaría preservarlas para seguir viviendo de forma activa y independiente. Y si somos cuidadores de personas con demencias, podemos entender que poco a poco se irán perdiendo estas capacidades del manejo de las AVDs y nuestra misión es intentar preservarlas y estimularlas durante el mayor tiempo posible.
Ahora hablemos de los otros aspectos de las ocupaciones a lo largo de nuestro envejecimiento.
Existen las de Carácter emocional / psicológico: Este es otro aspecto que debe ser cuidado y varía mucho de una persona a otra. Aprender técnicas de relajación, mantener hábitos de vida saludables, tanto del punto de vista de alimentación como de práctica de ejercicio físico nos permitirá incrementar los años asumiendo los aspectos positivos del envejecimiento. Y si somos cuidadores de una persona con Alzheimer por ejemplo, entenderemos mejor que no debemos asumir el control de la vida de la persona reduciendo su personalidad a nada. Hay que comprender quién es la persona antes de la enfermedad, sus características emocionales para poder actuar de manera adecuada y sin tensiones.
Y finalmente están los Aspectos sociales: La pandemia del coronavirus nos enseñó y sigue mostrando la importancia de mantener nuestras relaciones sociales activas. Envejecer con amigos o con familiares y con buenas relaciones es la mejor manera de preservar nuestra autonomía por más tiempo. Existen muchas alternativas, desde talleres de arte, cursos, viajes, voluntariados, para que no estemos solos y sigamos disfrutando de nuestra vejez.
En el caso de las personas con demencia este es uno de los aspectos que más se notan, sean por ellas mismas que al darse cuenta de que empiezan a perder el hilo de la conversación con los demás y que les falla en la ejecución de tareas sencillas y rutinarias, se van aislando progresivamente de su entorno social.
Si como cuidadores somos conscientes de esto, intentemos preservar estas relaciones, adaptando los encuentros para que sean más cómodos para la persona que tiene la enfermedad y permitiendo que ella dentro de sus capacidades siga manteniéndose un ser social, ¡como somos todos!
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