Ventajas de seguir aprendiendo mientras envejecemos

Desde el momento de nuestro nacimiento estamos siempre aprendiendo. Aprendiendo a mirar, a reconocer a nuestros padres, el entorno, a sonreír, las primeras palabras, a caminar. Pasan los años y nuestra vida es un constante aprendizaje. Pero existe una idea equivocada de que a medida que envejecemos debemos parar o disminuir este hábito tan sano que es aprender algo nuevo. ¿Sabes por qué?

Muchos pueden pensar que con la jubilación llegan los momentos de relajarse y no pensar en nada más. Pero es fácil constatar que nuestro cerebro necesita estímulos para mantenerse activo y saludable. O sea, dicho con otras palabras: los adultos mayores «necesitan» seguir aprendiendo siempre. Y quienes lo hacen suelen sentirse más capaces de disfrutar de la vejez ya que aprender algo nuevo les ayuda física y emocionalmente.

Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), al seguir aprendiendo a la medida que nos hacemos mayores nos permite adquirir conocimientos y capacidades para controlar nuestra salud, mantenernos al día respecto de los avances tecnológicos y de la actualidad, adaptarnos mejor al envejecimiento (por ejemplo, prepararnos para la jubilación, para la viudez o para cuidar de otra persona), mantener autonomía conservando más interés por seguir viviendo. Ya que esta autonomía está directamente relacionada con nuestra capacidad de tomar decisiones.

Cada vez hay más interés de volver a la Universidad por parte de personas mayores o recién jubiladas. Muchas veces por no haber tenido la oportunidad de terminar una carrera universitaria, otras por ampliar conocimientos en determinadas áreas (sin la preocupación laboral) y también por mantenerse activo y ampliar el círculo social.

Así que no es sorprendente que ante un panorama como este, España y muchos países, haya adoptado la posibilidad de ingresar a Universidades personas mayores de 45 años. Los centros universitarios han creado pruebas de acceso específicas para evaluar los conocimientos generales del futuro alumno en distintas materias.

Según las preferencias pueden desde estudiar una carrera vía online a asistir como oyentes a determinadas asignaturas o incluso apuntarse a cursos o titulaciones de extensión más reducida. O sea que a día de hoy sería perfectamente factible que un abuelo se encuentre con su nieto en la Universidad como compañero de clase.

Pero no siempre hay que ir a la Universidad, los adultos mayores que quieren aprender, puede perfectamente apuntarse a cursos de interés general. Hay datos que indican que a muchos les interesan la educación artística, que incluye artes visuales y música. Pueden dedicarse más tiempo a lo que antes era simplemente un hobbies, o aprender una nueva habilidad que tanto había deseado. También son muy frecuentes, las preferencias por estudiar idiomas extranjeros.

De las principales ventajas de seguir aprendiendo mientras envejecemos, podemos destacar:

1 – Es una excelente ocupación para entrenar y mantener nuestro cerebro activo, alejando así el deterioro cognitivo del envejecimiento.
2 – Genera más autonomía / independencia ya que mejora la toma de decisiones, la resolución de problemas o la capacidad de aprendizaje.
3 – Es un antídoto contra la soledad y depresión ya que genera realización personal, socialización tan importantes en esta etapa de la vida.
4 – Combate el sedentarismo y manteniendo el cuerpo activo. Ir a un centro de estudios hace que se genere hábitos de rutina, desplazamiento, ir a las clases y cafetería con los compañeros. Es una excelente forma de salir del sofá.
5 – Incrementa el autoestima. Vestirse, arreglarse para ir a clase, conocer a otras personas, también trae resultados positivos para el cotidiano.

Además de todos estos beneficios, cuando una persona mayor decide seguir aprendiendo aún puede disfrutar de otras ventajas propias de la edad como descuentos o titulaciones gratuitas.

Espero que sigamos activos y aprendiendo siempre. ¿Qué te ha parecido? ¿Te apuntarás a algún curso?