¿Y cuándo el edadismo existe en los profesionales de la salud?

El trabajo de concienciación es algo costoso, largo y que requiere paciencia. En un mundo dominado por tantos perjuicios sabemos que depende de cada uno de nosotros hacer que exista cambios reales en la vida actual. Sobre esto hablamos muchas veces cuando tratamos el tema del perjuicio hacia la edad conocido como edadismo. Muchos pueden pensar que solo ocurre en medios de desconocimiento, cuando no hay muchos estudios o ignorancia sobre el valor de envejecer. Pero esto no es cierto. El tratamiento que reciben las personas mayores en en sector del marketing y la publicidad muchas veces nos sorprenden por su carácter negativo. Pero hay un área donde adoptar este tipo de estereotipo es aún más decepcionante.

¿Y cuándo el edadismo existe en los profesionales de la salud?

Debemos tener mucho cuidado con la forma de expresarnos. Mira estas frases y analiza si ya has oído algo similar, sea dirigido a ti o a una persona mayor:

«Tu padre tiene más de ochenta años, ¿Qué esperas?»
«Le estoy recetando algo para ayudarla a relajarse y reducir su ansiedad, es común a esta edad».
«Es artritis. Viene con el envejecimiento «.
«No te pasa nada. Te estás preocupando demasiado, son cosas de la edad».

¿Qué te parece el uso de estas expresiones por el sector médico?

Cómo profesionales del cuidado, vivenciamos temas sobre la salud de las personas y debemos tener especial atención para no etiquetar lo que aflige a los pacientes.
Cuándo un médico, enfermero u otro profesional de la salud etiqueta a un paciente, lo que está haciendo muchas veces es limitar la exploración de otras opciones; Y no digo que lo hagan por descaso, pero hay hábitos que son arraigados y es necesario insistir para cambiarlos.

Vamos reflexionar basándonos en un testimonio real:

«María es una mujer activa de 62 años cuya edad mental ronda los 30. Según sus palabras, ella solía tener 16 años, hasta hace aproximadamente un año cuando se dio cuenta de que su cuerpo tardaba mucho más tiempo en curarse las heridas. Le gusta caminar por las montañas, sube y baja escaleras. Le gusta jugar baloncesto y pasear en bicicleta. Pero tiene un dolor articular o inmovilizador de dedos. Ella tuvo que poner fin a las etiquetas. Cada vez que decían tienes artritis por la edad, les explicaba por qué no le parecía bien las etiquetas con una sonrisa y luego les prohibió el uso de la palabra que empieza por «A» en el consultorio de su médico. Tuvo que recordárselo varias veces. Ahora, cuando se dan cuenta de que están a punto de decir «artritis», se ríen. Lo que ella desea es que sigan explorando opciones para que tenga un cuidado óptimo. La ciencia avanza cada día, no podemos dejar que las etiquetas definan una única opción de tratamiento.

Otra experiencia negativa fue con su cirujano ortopédico que al ver el tipo de lesión que tuvo después de un partido de baloncesto le comentó: «Tus días de carrera han terminado», refiriéndose a que ella ya no volvería a correr un maratón como era su objetivo. En sus cuarenta y tantos años le comentó:

«El tratamiento ____ no funciona bien para las personas de tu edad».

Es el tipo de frase completamente Edadista, ya que antes de basarse en el número de años que tiene la persona, debería haber investigado sobre sus condiciones físicas, mentales, historial de salud y su realidad. No se puede basarse solamente en números de años vividos ya que cada persona responde al envejecimiento de una forma diferente.

Es verdad que no todos son así y sabemos que los médicos están muy ocupados; apenas tienen tiempo para revisar los registros de los pacientes antes de verlos. Y muchos solo tienen unos 10 minutos a la hora de atenderte. Así que te dejaremos algunas pautas que pueden servir a la hora de ir al médico para evitar actitudes de perjuicio y forma generalizada de ver los problemas con un simple: «Estás envejeciendo».

¿Cómo las personas mayores pueden contrarrestar el «envejecimiento» usado  como «comodín» por muchos profesionales médicos?

Tomando un papel proactivo. Es importante antes de ir a la consulta elige las áreas en las que quieres enfocarte. Esto libera al médico para hacer lo que mejor sabe hacer: discutir opciones, ofrecer consejos y derivarte a cualquier especialista o para realizarte pruebas de laboratorio.

También tienes que insistir se deseas recibir un tratamiento de calidad. Para recibir atención médica de calidad, debemos defendernos a nosotros mismos y a nuestros seres queridos. A veces, los médicos se apresuran a realizar un diagnóstico.

Pongo el ejemplo de un psiquiatra que prescribió apresuradamente un antidepresivo para el padre de una amiga. Cuando ella mencionó que el remedio en particular que eligió era parte de un estudio con malos resultados para las personas con demencia, él le preguntó: «¿Es usted médico?» «No», respondió, «pero quiero hacer lo correcto por mi padre». Afortunadamente, el médico reconsideró su plan de tratamiento y le recetó algo más apropiado. Mi amiga se lo agradeció y el médico también le agradeció a cambio.

Por supuesto, todos estamos ocupados y es más difícil concentrarse. Ralentizar el proceso incluso un minuto, con una pregunta o solicitud de claridad, garantizará que se aborde nuestra inquietud. Primero debemos comunicar claramente nuestros problemas de salud. Luego, evitaremos seguimientos innecesarios para corregir errores debido a evaluaciones apresuradas.

Los estudios han demostrado que una comunicación más libre entre médicos y pacientes da como resultado una mayor satisfacción y adherencia a los planes de tratamiento.

Se proactivo. Solicita una copia de los registros médicos. Consulta toda la información en la comunicación médico-cuidador. Revísalos de cerca. Incluso escribe notas en los márgenes si tienes dudas. Cuando hay tiempo, hazle las preguntas necesarias.
Hablar y ser proactivo reducirá los casos de discriminación por edad.

Todos seremos, si no lo somos ya, mayores algún día y es misión de cada uno erradicar de nuestro lenguaje y, por supuesto, de nuestra manera de ser y pensar, expresiones e ideas de perjuicio hacia la edad, infelizmente están tan interiorizadas en nuestra sociedad que será una lucha constante, de la misma forma que ocurre con la xenofobia, el machismo o el racismo. Pero poco a poco lo lograremos.

Fuente: thecaregiversvoice

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