¿Eres de perros o de gatos? Esta es una pregunta común cuando quieren saber un poco más sobre nosotros. Pero independientemente de lo que contestemos, hoy queremos comentar sobre los beneficios que pueden traer a las personas mayores un animal de compañía.
Uno de los principales problemas que encontramos con la vejez es la soledad. Muchas personas mayores que viven solas acaban cayendo en la la apatía y en la depresión. Y la ocupación puede ser uno de los factores que aportan más significado en la vida de las personas y consecuentemente más calidad de vida.
Está comprobado que las personas mayores que tienen animales acuden menos al médico y experimentan menos estrés, esto porque la compañía de los animales favorece el contacto físico y las demostraciones de afecto, además de estimular la memoria y la atención e infundirles de alegría. Aunque el sentimiento de soledad puede ser disminuido con la presencia de un animal doméstico, es importante considerar también la responsabilidad y el cuidado que requieren. Esto significa la inclusión de unas rutinas diarias para cuidarlo, asearlo, jugar con él y alimentarlo que deben ser evaluados según las capacidades del adulto mayor.
De determinada manera tanto perros como gatos aportan beneficios parecidos, sin embargo, en algunos aspectos los gatos pueden representar una mejor opción.
Si estás planteando adoptar uno o otro para una persona mayor vamos a comentar algunos puntos importantes a tener en cuenta:
- Cuando vayas a comprar o adoptar es esencial comentar para quien es la mascota y cuál es el temperamento del animal que se está buscando: tranquilo, amante de los mimos, sociable, más o menos independiente, etc.
- Reflexiona sobre qué tipo de gato o perro estás buscando. Muchas veces las personas mayores prefieren un animal tranquilo y cariñoso en lugar que uno más activo y juguetón. O sea es mejor evitar la adopción de un cachorro pues aunque pienses que este devolverá alegría y vitalidad a la persona mayor, a menudo ocurre justo lo contrario. La relación será más difícil porque supone un reto tan grande que se convierte en una fuente de estrés en lugar que de satisfacción.
- También debes valorar si se puede contar con alguien que pueda ayudar a cuidar del animal en caso de necesidad, por ejemplo, si la persona mayor se enferma o si se va de viaje.
De manera resumida vamos a comparar:
- Los perros serán muy compañeros y aportan alegría a la casa. Precisan de algo más de dedicación que los gatos ya que es necesario alimentarle, educarle para que no se coma los objetos, bañarles con más frecuencia y sacarlos al menos dos veces al día a la calle (y recoger sus excrementos). Por un lado, estimulan la movilidad y la actividad física de la persona mayor ya que cada día tendrá que dar unos paseos con su compañero y dentro de casa piden más atención para los juegos y siempre estarán muy atentos a su dueño.
- Los gatos son más independientes pero de cierto modo aportan serenidad y tranquilidad, a la vez que compañía. No necesitan dedicación constante. Se adaptan bien a vivir exclusivamente dentro de casa y pueden ser la mejor elección para personas con movilidad reducida. Necesitan sólo de 20-30 minutos de juego al día y para muchos gatos uno de los momentos mejores del día es cuando duermen en el regazo de su compañero humano, estableciendo una buena relación con quien les cuida. Un gato puede ser un compañero ideal en cualquier etapa de la vida, pero puede serlo aún más para personas mayores.
- Pero si aún no te convences ni los gatos ni los perros, otra opción que está en la lista de las mascotas habituales para las personas mayores son los pájaros.
Los pájaros, aunque no interactúen como los mamíferos, pueden proporcionar compañía con su canto diario y también resaltan el bienestar de sentirse útil ya que es un ser vivo que necesita que le alimenten y le cuiden su hogar diariamente.
¿Qué te ha parecido?
¿Estás de acuerdo que los animales pueden contribuir a acabar con la soledad de las personas mayores?
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