Alzheimer: ¿Cómo actuar frente a las acusaciones de robo?

«Me han robado la camisa», decía mi tío cuando le fui a visitar.
– ¿Quién te la ha robado?, le pregunté.
¡Esta señora! La vi! «La vi. ¡Ella la robó! ¡Esa mujer se llevó la camisa que me regaló mi madre!»
Y señalaba a mi tía que era la persona que le cuidaba.

Si cuidas a alguien con Alzheimer seguramente ya habrás pasado por una situación similar. La verdad, tal como la persona con demencia la ve, sigue siendo la verdad a sus ojos. Los delirios, las alucinaciones, la agitación, la agresión y la depresión forman parte de la progresión gradual de la psicosis de los pacientes con enfermedad de Alzheimer (EA). Un promedio del 41% de estos pacientes experimentará estos síntomas psicóticos. Uno de los delirios más comunes que tienen estos pacientes está relacionado con el robo.

Volviendo a la historia del principio, será que, ¿alguien realmente robó la camisa de mi tío, o la demencia le estaba robando la mente? Para comprender mejor y encontrar soluciones hay que mirar la situación por los ojos de mi tío.

A mi tío le encantaba su camisa azul, y no era porque fuera una reliquia que su madre le había regalado – seguramente la compró él mismo en las tiendas del barrio dónde vivía. Pero cada día se la ponía y después de varios días, mi tía decidió ponérsela en la lavadora, pero antes de que se secara y la planchara ya estaba recibiendo las acusaciones de que la había robado. Y no era porque no hubiera otra camisa en el armario, había muchísimas, pero él solo quería esta.

Como comentamos antes, las personas con demencia a menudo se vuelven paranoicas ante el robo de sus pertenencias personales. Hay una razón detrás de este comportamiento. Se sienten vulnerables, especialmente en las etapas de la enfermedad de Alzheimer o la demencia, donde se dan cuenta de que no pueden recordar. Si quieren ponerse una camisa que siempre está colgada en un lugar determinado y no la encuentran ahí, no van a recordar por qué no está ahí. Dado que él ciertamente no le habría dicho a nadie que podía moverla o ponerla en otro lugar, alguien debe haberla tomado. El robo es la conclusión lógica de un paciente con demencia por artículos perdidos o extraviados. Y suele pasar con todo tipo de objetos.

Hay determinados casos, como el episodio de la camisa, que sabemos con seguridad que es una alucinación y una falsa acusación. Pero lo que es desolador es el hecho de que a veces ocurre de verdad.
A veces, la gente les está robando a estas personas con déficit cognitivo pensando que pueden salirse con la suya ya que la persona tiene problemas de memoria. Desafortunadamente, rara vez se cree a la persona con demencia cuando expresa tal acusación.

Todos hemos oído hablar de ocasiones en las que los ancianos han sido estafados. El fraude a personas mayores es casi una industria en sí mismo. Su vulnerabilidad prepara el escenario y les da a los estafadores la oportunidad perfecta. Y cómo les falla la memoria y confunden los hechos, muchas veces no se puede probar un robo cuando de verdad ocurre.

¿Qué hacer en situaciones como esta?
¿Cómo debemos actuar frente a las acusaciones de robo?

Para todo en la vida, el secreto es estar bien preparado, principalmente si tienes un familiar con Alzheimer pero no eres tu, sino otras personas las que le cuidan.

Controlar sus pertenencias
Ante una acusación de robo, podrás saber si es cierta o no, si tienes controlado lo que poseen o lo que tienen con ellos en una residencia, por ejemplo. Siempre es válido realizar un buen inventario de los objetos de valor desde el principio.

Sin embargo, si estamos hablando de pertenencias personales cotidianas, «me robaron el bolso, las gafas, mi almohada,» podemos hacer la vida más fácil para todos si le explicamos a la persona con demencia exactamente lo que estamos haciendo con estos artículos y por qué.
Pídele a otros cuidadores que hagan lo mismo. Aún cuando sabemos que se les va a olvidar es importante intentar mantenerles al tanto de lo que haces. Deben estar incluidos en la mayor cantidad posible de sus propios negocios, sin importar su capacidad.

Dejar recordatorios
Los famosos «post-its» o notas de recordatorio. Una buena idea es dejar una nota de recordatorio para su ser querido si haces algo o si te llevas algo cuando salgas. Pídele a otros miembros de la familia y cuidadores profesionales que hagan lo mismo. Puedes dejar un bolígrafo y papel a mano o un bloque de notas que se quede bien visibles. Por ejemplo puedes avisar «Mañana lavaremos la camisa azul». Luego, dejas la nota por algunos días después del hecho, como recordatorio.

Mantener buenos registros
Si tiene algo que ver con los objetos de valor o el dinero de la persona mayor, Es muy importante tener buenos registros. Eso no siempre funciona con la persona con demencia, pero funciona como evidencia, y prueba si las cosas se ponen feas y hay acusaciones de irregularidades.

Muchas veces no se quiere enseñar el extracto bancario a las personas con demencia para que esto no les afecte, ya que muchas veces se gastan grandes sumas de dinero para su propio mantenimiento con cuidadores, medicinas, centros de día o residencias. Pero si hay acusaciones, debes enseñárselo para que no piensen que les estás robando el dinero en vida. Aunque sea muy triste recibir este tipo de acusaciones cuando les estás cuidando, recuerda que quién habla de forma acusatoria no es la persona de tu pasado, sino la enfermedad del presente.

Usa la creatividad
El último consejo es usar de la creatividad, por ejemplo, en el caso de la incidencia de la camisa de mi tío, si ya le conocemos y sabemos que es su preferida, mejor comprar otra igual desde el principio. O encontrar cosas similares para sustituir cuando veamos que tiene un apego especial a un artículo de algún tipo. Tener el hábito de poner todo en un mismo sitio, como una caja organizadora para los objetos que se pierden fácilmente, como esta aquí. Pero si esto no es posible, explícale y luego disimula, cambia de tema, y aguanta. Mañana será otro día y todo será diferente.

Fuente: Agingcare.com

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