Cómo el terapeuta ocupacional ayuda a la persona con Alzheimer y sus cuidadores

El 27 de septiembre se celebra el día mundial de la Terapia Ocupacional, profesión que involucra todo lo que está relacionado con las ocupaciones humanas. Sabemos que las intervenciones de terapia ocupacional para personas con demencia incluyen: preservar y rehabilitar las habilidades motoras, cognitivas y sensoriales para realizar de forma satisfactoria el desempeño de las actividades diarias.

Conociendo un poco más sobre el papel de la profesión, vamos evaluar cómo se puede utilizar la terapia ocupacional en los entornos de la enfermedad de Alzheimer y otras demencias.

La demencia no es una enfermedad específica. Es un término general que describe una amplia gama de síntomas asociados con el deterioro de la memoria y otras habilidades cognitivas, que llegan a reducir la capacidad de una persona de realizar sus actividades diarias. La enfermedad de Alzheimer es responsable de un 60 a 80 por ciento de los casos. Y aún no existe cura pero sí terapias de rehabilitación como la terapia ocupacional que pueden dar mejor calidad de vida y autonomía durante más tiempo.

¿Cómo el terapeuta ocupacional puede ayudar a la persona con Alzheimer y sus cuidadores?

Cuando se recibe el diagnóstico de Alzheimer es importante cercarse de informaciones valiosas sobre la enfermedad y crear una red de apoyo con profesionales. El papel del terapeuta ocupacional durante el proceso de avance de la demencia es muy valioso porque este trabajará para:

  • Mantener las capacidades y habilidades cognitivas, en óptimas condiciones, durante más tiempo y/o retrasar su proceso de deterioro cognitivo y funcional.
  • Sustituir las funciones dañadas y potenciar las conservadas.
  • Hacer participes a familiares y cuidadores en la vida del paciente, tanto dentro como fuera de las sesiones de terapia ocupacional.

En las primeras etapas de la demencia, cuando la persona tiene dificultades con las habilidades ejecutivas de alto nivel, se le puede derivar a terapia ocupacional para evaluación e intervención para abordar la conducción, el trabajo y la seguridad. Este profesional se encargará de evaluar al paciente para determinar la mejor manera de trabajar con él en función de sus síntomas particulares y considerando el punto de avance de la enfermedad.

En las etapas intermedias, la seguridad en el hogar y mantenerse involucrado en tareas personalmente significativas se convierten en el enfoque primordial.

Durante las últimas etapas, cuando la persona puede tener dificultades con las AVD básicas (p. Ej., Alimentación, ir al baño, movilidad), el enfoque puede cambiar a disminuir la carga del cuidador y mejorar la atención básica (p. Ej., Transferencias seguras, protección de la piel, evitar contracturas, actividades sensoriales agradables). estímulo).

Hace parte del trabajo del terapeuta ocupacional realizar una evaluación ocupacional en el hogar para prolongar el tiempo que el paciente puede permanecer viviendo en su propio hogar.

¿En qué situaciones prácticas de la vida cotidiana en la demencia se agradece la intervención del terapeuta ocupacional?

Existen situaciones y comportamientos cuando convivimos con una persona con la enfermedad de Alzheimer dónde el terapeuta ocupacional puede hacer gran diferencia, ¿Vamos a ellas?

Las confusiones de tiempo y espacio, por ejemplo  con cambio de estaciones: El T.O recomendará la mejor forma de organización estableciendo selecciones limitadas de ropa para adaptarse a la temporada, lo que ayuda a evitar un conflicto y al mismo tiempo apoya la elección del cliente y la autoeficacia.

La persona se desorienta y deambula: el terapeuta ocupacional configurará el entorno para mejorar la actividad diaria, incluida la movilidad dentro de límites seguros, y uso de la tecnología para garantizar la seguridad. A veces, un patio cercado con señales de alto en las puertas podría ser todo lo que se necesita para mantener a la persona orientada hacia su propio patio; para otros, se pueden instalar alarmas para que suenen cuando la persona abra un portón o una puerta.

La persona tiene problemas para comunicarse, además de estallidos frecuentes e inusuales: el profesional ayudará a los cuidadores a identificar las señales no verbales. Enseñará los conceptos de técnicas de respuesta solidaria y no defensiva, y trabajará para determinar la emoción subyacente que puede haber precipitado los arrebatos conductuales del paciente.

La persona camina o muestra otro comportamiento repetitivo no productivo: Brindará oportunidades para participar en tareas ocupacionales que satisfagan la necesidad de la persona de ser productiva además de ayudar a apoyar las relaciones con los demás. Por ejemplo, si la persona alguna vez disfrutó de los crucigramas, tal vez los rompecabezas simplificados o las búsquedas de palabras aún serían agradables. Las tareas simples y repetitivas, como doblar o tender la ropa, pueden generar sentimientos de logro.

«Mejorar la función, promover las relaciones y la participación social y encontrar formas para que las personas con demencia disfruten de la vida son las claves para una intervención de terapia ocupacional exitosa» (Schaber y Lieberman, 2010).

Brindar educación y apoyo a la familia, los proveedores de atención y as personas con demencia(que puedan comprender) y promover las fortalezas de la misma garantizará que tanto esta como sus cuidadores  tengan el apoyo necesario para vivir la vida de forma más significativa pese a la enfermedad.

Fuente: Aota.org