Los círculos de conversación y la reflexión generan cambios saludables en la vida cotidiana de los ancianos. La práctica de organizarse en un círculo para hablar tiene muchos significados. La expresión a través del lenguaje oral de sentimientos, ideas, valores está presente en todos ellos.
La Terapia de Conversación es un taller utilizado en una experiencia grupal, donde conectamos personas mayores que buscan una mejor calidad de vida. Es una terapia de rescate donde personas con «sufrimiento mental» se sienten acogidos, con sus miedos, pérdidas o deseos; un espacio para estar juntos, compartir sus experiencias e intercambios de momentos vividos y aprendidos en la vida.
Sabemos que nuestras vidas están muy ocupadas y el tiempo cada vez es más corto. El cansancio del día a día en la rutina normal no da suficiente tiempo para que las familias «escuchen las quejas» de sus familiares mayores. Por lo general, suelen ser repetitivos, se centran en un problema y no pueden deshacerse de tales preocupaciones.
La familia necesita adaptarse a un lenguaje ideal para aclarar a los ancianos. Debemos evitar que las personas mayores, que ya tienen un déficit «mental», tengan problemas pendientes y desagradables en sus vidas.
La filosofía japonesa dice que tenemos dos oídos y una boca, así que tenemos que escuchar más y hablar menos. Escuchemos, debatamos y ayudémonos unos a otros. Hablar y escuchar, exponer y escuchar, declarar y recibir información, son tesoros de nuestra comunicación verbal y corporal, interpersonal y sentimental.
Las conversaciones informales, por otro lado, son comunes en la rutina y contribuyen a establecer la afectividad en el grupo, ofreciendo elementos e información importantes para que el terapeuta pueda conocer mejor a su grupo de personas mayores y planificar nuevas situaciones basadas en las necesidades e intereses de estas personas mayores.
En este momento, la participación de las personas mayores, hablando, es mayor, y el terapeuta tiene un papel importante como oyente atento y mediador para que todos puedan hablar. La conversación se vuelve más floja. Es muy común que los círculos de conversación tengan diferentes temas.
Este momento contribuye a que las personas mayores puedan desarrollar conocimientos importantes para su desarrollo cognitivo y motor. Aliéntelos a aprender a observar, preguntar, plantear hipótesis, imaginar, pensar y buscar recuerdos ejercitando su cerebro y una nueva visión del evento.
El grupo está idealizado entre personas de diferentes culturas e manera de ser, lo que hace que el taller sea muy enriquecedor en una propuesta llena de novedades. Los conflictos saludables de la conversación, como las experiencias y las formas de pensar, dirigidas por el terapeuta, ofrecen dinámicas de bienvenida y círculos de conversación que atienden todas las diferencias culturales del grupo de la Tercera Edad y la Cuarta Edad.
Independientemente de la edad, la clase económica, son seres humanos y a menudo comparten los mismos problemas. Estas personas mayores, en poco tiempo, con la terapia de la conversación, sufren cambios beneficiosos en el comportamiento. Observamos que es una actividad saludable, ya que, con el apoyo de la «escucha» (explosión), liberan sentimientos negativos que perturban sus vidas y se sienten más cómodos y seguros.
La construcción de ideas es colectiva, pero la conclusión es individual. Los ancianos son personas experimentadas y con un trayecto de vida, y su capacidad para responder al terapeuta y sus colegas de edad avanzada debe ser estimulada y la capacidad de preguntar debe ser valorada.
Los miembros de la familia transmiten involuntariamente muchas preocupaciones y angustias a sus ancianos, pensando que deben ser conscientes de la situación. Sin embargo, un comentario que a menudo se ha resuelto, para esta persona mayor, todavía da la impresión de que él es parte de este problema. Se siente culpable por no poder ayudar y todavía tiene la impresión de ser un «peso muerto» para el cuidador familiar, responsable de su cuidado diario.
Este tipo de intervención en grupo cuando es bien dirigida, tiene como objetivo hacer que las personas estén muy cómodas y seguras durante el proceso. Además, genera cambios en la postura mental, poder de reflexión, aumenta la oralidad. Algunas personas mayores afirman que esta forma de terapia ayuda a «quitar un peso de sus hombros», sentir el regreso de su felicidad interior y una mejora en la calidad de la vida diaria.
Pero cómo terapeuta ¿Qué es importante saber para ofrecer situaciones que generen buenos círculos de conversación?
¡Sobre esto hablaremos en la próxima semana!
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