Una carta de Navidad

Las navidades son conocidas por «Tiempos de magia». Siempre hemos querido dar un toque sobrenatural a estas fiestas. Tal vez por el propio simbolismo del pequeño niño que nació pobre, en un pesebre y vino al mundo para cambiarlo y ser conocido mundialmente por el hijo de Dios. O por Santa Claus, el papá Noel, que con sus renos voladores va distribuyendo regalos por todo el mundo. O incluso por los reyes Magos, que desde aquel viaje al niño Jesús decidieron seguir con «la tradición» de llevar regalos a los niños que se portaron bien durante el año.. y así podíamos seguir con la lista.

Aquí no hablamos de religiones y creencias, pero es verdad que este periodo es un momento donde la magia puede existir si la dejas entrar en tu vida:

Navidad es más que comidas abundantes y regalos

Es momento de encuentro. De estar más tiempo con tus hijos o con tus padres (si los tienes). Es de llamar o escribir a aquel amigo que hace tiempo que no le hablas. Es de estar juntos en el sofá y ver una peli tonta para que te brillen los ojos. Es tiempo de donar tu presencia.
La presencia este año nunca se hizo tan necesaria. Estar presente. Es tu regalo. Y por fin he llegado a la parte de la magia hecha realidad: el Voluntariado.

El voluntariado este año ha crecido en España y creo que no solo aquí. Muchos delante del cuadro de la pandemia se dieron cuenta que eran más afortunados que otros y que podían aportar un poco más.

Vecinos empezaron a ayudarse, jóvenes a hacer algo por los mayores, la Cruz roja no ha parado… y así todo el rato.

Cuando descubres esta sensación que te empuja a hacer el bien y logras dar el paso, esto te genera un bienestar inmenso. Porque todo lo que sobra se desperdicia, si te sobra empatía, úsala; si te sobra amor, úsalo. Si te sobra energía, no la malgastes.
Muchos cuidadores ya lo hacen en su cotidiano esto que decimos «el don de donarse». Pero si tú notas que podías hacer algo más para mejorar el mundo, no dejes pasar esta oportunidad. Cada grano importa.

¡Pero búscalo con cuidado!

Al empezar un voluntariado te comprometes con la esperanza… algo que muchos ya no tienen. Y por esto es importante que dediques tiempo a pensar qué realmente te gustaría hacer:

Te llaman la atención los niños en situación difícil;

Admiras a las personas mayores y crees en el poder intergeneracional;

Eres un enamorado de los animales;

Quieres ayudar a la naturaleza;

Encuentras inhumano que aún existan personas viviendo en la calle;

Prefieres usar tus capacidades para los que las tienen diferentes

Y podía seguir con esta lista porque en el mundo hay mucho que podemos hacer y nada mejor que usar esta carta navideña para animar a los que están con la magia dentro a encenderla y no dejar pasar la oportunidad de empezar el Año de una manera diferente.

Yo te cuento esto porque he estado durante mucho tiempo buscando donde podía aportar mi granito… y este año lo he logrado y puedo confirmar que el regalo ha sido mío. Hacer el bien nos hace bien, no lo dudes.

¡Feliz Navidad!
¡Y que no pierdas tu magia!