Los cambios del sentido del humor de una persona con demencia pueden mejorar su calidad de vida

El sentido del humor en personas con demencia puede cambiar durante el curso de la enfermedad. Como ya comentamos aquí, estos cambios no suelen ser muy positivos. La agitación y la agresión se encuentran entre los síntomas más desafiantes de la demencia y requieren atención (atención médica y del equipo de rehabilitación que acompaña a esta familia). Las personas agitadas con demencia pueden lastimarse a sí mismas, a sus cuidadores u otros pacientes en entornos tales como centros de atención a largo plazo.

Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, entendía el humor como un importante recurso defensivo ante el sufrimiento del hombre. Pero mucho antes, culturas milenarias como la china y la india, ya utilizaban la risa como práctica terapéutica.
Actualmente la risoterapia se utiliza como técnica complementaria a tratamientos médicos convencionales, por esto nos llama la atención los estudios que describiremos a seguir sobre como el humor puede cambiar e influenciar las personas con demencia.

Un estudio reciente en el Reino Unido pidió a los cuidadores principales de personas con diferentes subtipos de demencia (afasia frontotemporal, semántica, progresiva no fluida, trastorno del habla y enfermedad de Alzheimer) que calificaran cuánto les gustaba y cuánto estaban expuestos a los diferentes tipos de humor. También tuvieron que indicar sus preferencias de humor y exposición 15 años antes, antes de recibir un diagnóstico de demencia. Otro grupo de adultos mayores sanos sirvió como grupo de control y ellos mismos respondieron a la misma encuesta.

Los autores del estudio distinguieron entre tres categorías comunes de comedia con ejemplos: payasadas como «Mr. Bean»; sátira como «Yes, Minister»; y el absurdo «Monty Python». También emplearon varias pruebas neuropsicológicas para evaluar el desempeño de cada participante en tareas que desarrollaban habilidades cognitivas particulares.

A los pacientes con todos los subtipos de demencia les gustaba más el humor de payasadas ahora que 15 años antes, mientras que mostraban menos aprecio por la sátira y el humor absurdo en comparación con los participantes sanos de la misma edad. Este estudio no encontró correlaciones entre los cambios en la preferencia del humor y la gravedad de la enfermedad o la capacidad cognitiva.

Otros estudios han demostrado que los cambios en el sentido del humor se relacionan con el envejecimiento en general sin demencia. Por ejemplo, se ha descubierto que los adultos mayores prefieren el humor sin sentido que es sorprendente pero no tiene sentido (como una caricatura de un maestro con un traje de gorila), en contraposición al humor que involucra sorpresa y tiene sentido (una caricatura de un maestro escondido debajo de un escritorio después de dar las calificaciones finales).

Algunos estudios también han encontrado correlaciones entre los cambios relacionados con la edad en la capacidad de comprender y apreciar diferentes tipos de humor y desempeño en tareas cognitivas como la flexibilidad mental y la fluidez verbal.

Otros más también han descubierto que ciertas regiones del cerebro están especialmente implicadas en el procesamiento del humor. Utilizaron imágenes de resonancia magnética funcional para demostrar que los lóbulos frontal y temporal del cerebro parecen activarse de manera diferente cuando las personas procesan material humorístico frente a material neutro. Esto es consistente con la disfunción que ocurre en las regiones frontal y temporal tanto en el envejecimiento como en la demencia. Los cambios en el sentido del humor, especialmente en la capacidad de comprender o apreciar ciertos tipos de humor, en pacientes con demencia podrían indicar cambios subyacentes en la función cerebral, no solo cambios indirectos en el estado de ánimo y la personalidad.

El humor y la risa pueden ser beneficiosos en varias situaciones y probablemente son más necesarios aún cuando cuidamos a una persona con Alzheimer. Los pensamientos positivos sirven tanto para el que tiene la enfermedad como para el cuidador. Es una manera de descargar emociones y pensamientos negativos y la risa contribuye a poner distancia con las situaciones vitales más complejas ya que provoca un bloqueo de la actividad mental.

Las personas mayores pueden ser especialmente propensas a utilizar el humor como mecanismo de afrontamiento. Algunas instituciones están incorporando la comedia en las intervenciones terapéuticas para pacientes con demencia. Ser sensible a los cambios de humor relacionados con la demencia puede ayudar a los cuidadores a comprender y apoyar a las personas con demencia al seleccionar contenido de humor cognitivamente apropiado para ayudar a aliviar el estrés y mejorar la calidad de vida.

Fuente: Dementia.org

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