¿Ya habéis oído hablar sobre la Risoterapia?

La Risoterapia, también conocida por Terapia de la Risa, fue oficialmente descubierta en la década de los 70 en Estados Unidos, aunque la relación entre risa y salud ha sido objeto de estudio, observación y debate desde el comienzo de los tiempos.

El mes pasado tuve la oportunidad de participar de un curso online gratuito llamado: “Pensamientos Positivos para cuidar a la persona con Alzheimer” ofrecido por Imserso – Salamanca y la experiencia ha sido muy gratificante. Prometo que intentaré pasar el máximo de información de lo que vimos allí, pero hoy vamos a hablar específicamente sobre uno de los materiales ofrecidos que es un manual de Risoterapia aplicada a cuidadores de personas con Demencia.

La terapia de la risa se basa en los estudios que demuestran que la risa, ya sea natural-espontánea o artificial-ensayada, provoca efectos beneficiosos en el organismo. Por lo que los beneficios de la risoterapia serán los mismos que los de la risa. Es sabido que en civilizaciones antiguas como la China y la India ya existían sitios como templos donde las personas se encontraban para reír ¿os lo podéis imaginar?

Pero los fundadores de lo que hoy conocemos como terapia de la risa fueron Norman Cousin y Hunter “Patch” Adams, responsables por mostrar al mundo y a la comunidad médica sus experiencias con el humor, la risa y la salud.

«Patch” Adams fundó en 1971 el Instituto Gesundheit bajo la idea de que “curar puede ser un intercambio de amor y no una transacción económica”. Patch Adams considera que la medicina debe estar basada en la generosidad, el afecto, el amor y la risa. Uno de sus proyectos más conocidos es la inclusión de la risa en la atención a los pacientes a través de la intervención de payasos. El proyecto utiliza el recurso de la risa como elemento integrante de la atención eficaz al enfermo. Aún hoy Patch Adams visita varios países enseñando sobre risoterapia en conferencias y recogiendo donativos para el Instituto Gesundheit!»

Prácticamente en la misma época, Norman Cousin publicó en 1976 «Anatomía de una enfermedad»

[…] donde narraba cómo había minimizado los efectos dolorosos de su espondilitis anquilosante a base de la visualización de películas de Charles Chaplin o los Hermanos Marx. Probablemente en su mejoría no sólo contribuyó la risa, pero sí fue un factor fundamental ya que su calidad de vida mejoró cuando descubrió que 10 minutos de risa intensa tenía un efecto anestésico y le permitía dormir al menos dos horas sin dolor. Desde entonces, los estudios, artículos y referencias sobre los beneficios de la risa para la salud han proliferado abundantemente y, aunque no siempre el rigor científico y la envergadura de los proyectos hayan sido suficientes, el uso de la risa como terapia alternativa es, hoy por hoy, un hecho.

En resumen la risa es beneficiosa en varias situaciones y probablemente es más necesaria aún cuando cuidamos a una persona con alzheimer. Los pensamientos positivos sirven tanto para el que tiene la enfermedad como para el cuidador. Es una manera de descargar emociones y pensamientos negativos y la risa contribuye a poner distancia con las situaciones vitales más complejas ya que provoca un bloqueo de la actividad mental.

¿Lo sabías? Durante la risa pensar se hace prácticamente imposible, por lo que hay un descanso de la mente.

Uno no se puede enfadar y reír al mismo tiempo… ¡Somos como los coches, no podemos poner la marcha atrás y la primera a la vez!

Así que hoy intentaremos ser más positivos al cuidar y recordaremos que: ¡Es sano reír aún cuando no tenemos ni tiempo ni ganas de hacerlo!