¿Hay algún secreto para envejecer bien?

La fórmula mágica del envejecimiento feliz es algo buscado por todos aquellos que notan el peso de los años y buscan encontrar o mantener la felicidad hasta el final de sus días. Existen muchas teorías, muchos pensadores sobre el tema y hoy aprovecharemos para hablar sobre algunas ideas que hemos encontrado sobre eso.

Primero: ¿Qué es para ti envejecer bien? Para muchos la respuesta es envejecer con salud, para otros, envejecer con las personas a las que quiero, envejecer en paz.

La gran mayoría de los autores coinciden que para envejecer feliz debemos aceptar que el envejecimiento es no solamente otro ciclo de la vida, sino nuestro último turno de lo que se considera la vida en este mundo terrenal que conocemos. Comprender esto puede ayudarnos a direccionar nuestra energía a lo que verdaderamente importa.

Hacemos parte del mundo y estar constantemente envejeciendo es un proceso natural desde el momento de nuestro nacimiento. Es una ley del Universo conocida como la Segunda Ley de la Termodinámica o la Ley de la Entropía. Esta ley dice que: «La energía de un cuerpo tiende a degenerar y con ella aumenta el desorden del sistema«. Por tanto, todo lo que se compuso se descompondrá, todo lo que se construyó será destruido, todo lo que se creó un día tiende a acabar. Como somos parte del universo, esta ley también opera en nosotros.

Con el tiempo, las extremidades se debilitan, los sentidos se embotan. Así que relájate y disfruta. Parafraseando a Freud: “La muerte es el objetivo de todo lo que vive”. Si dejas tu coche en la cima de una montaña, dentro de 10 años estará todo estropeado. A nosotros nos pasa lo mismo. El consejo es: ¡Vive! Solo haz eso. Cuídate un día a la vez.

Las personas que envejecen con una calmada aceptación de los ataques de la vida, demuestran una satisfacción, que hasta podríamos llamar de felicidad. Algunos sufren incapacidades que cambian la vida, por ejemplo la pérdida de visión, o una prótesis de los miembros y aún así son más serenos y se quejan menos que quienes sufren padecimientos leves. Aceptan las incertidumbres de la edad avanzada sin rendirse ante ellas.

Envejecer y arrugarse es natural. Ideal es disfrutar cada etapa de la vida para no querer volver a ser el joven de antes (porque nuestra mentalidad puede permanecer jovial por toda la vida). Aceptar que ya has vivido esta fase, reconciliarte con la situación del tiempo presente y dejar que el pasado se convierta en pasado. Este es el requisito previo para la felicidad. Como decía el poeta: “El pasado es leña carbonizada. El futuro es el tiempo que nos queda: finito pero incierto”.

Para muchas personas mayores la sabiduría adquirida a lo largo de los años ha hecho que sea más fácil navegar por la vejez que por el caos de la adolescencia.

Un gran consejo: Prepara tu cerebro para convertirse en el músculo del que más dependerás para vivir los últimos años con la paz y el propósito que otros habían encontrado. La edad debía ser algo más que lo que es evidente frente a un espejo. Si has estado solamente entrenando a tu cuerpo para cumplir las exigencias del tramo final, puede que te hayas equivocado de músculo. Nuestra mente, es quien mandará cuando la masa corporal empiece a deteriorar.

¿Por qué preocuparse por las arrugas? ¡Valora el tiempo que has llevado para conseguirlas! Tus recuerdos se guardan en cada una de ellas. No te obsesiones con las apariencias, deshazte de las cosas superficiales. El negocio es burlarse del cuerpo deforme y las extremidades debilitadas.

Una de las causas que generan infelicidad es el apego a lo que tenías antes, es querer que dure lo que no estaba destinado a durar. Es vivir en una fase que ya no es la tuya. Trata de controlar estas emociones destructivas y los impulsos más oscuros. La sabiduría consiste en aceptar nuestros límites.

Haz lo que se pueda hacer con lo que tienes disponible.

Olvida la vida del pasado que ya no te pertenece. Hay tantas cosas interesantes para vivir en esta etapa. Si tienes esposa e hijos, intenta vivir algo que no hayan vivido juntos, festeja, celebra la vida, ahora tienes más tiempo, disfruta de esta disponibilidad y vive. Ya sea que lo acepte o no, el proceso continuará. Asume vivir con dignidad y nobleza a partir de ahora. Nada nos pertenece.

Hay adultos mayores que aunque sean saludables se comportan como víctimas del tiempo. Ven la vida como un desfile de decepciones: dolores y padecimientos, tecnología confusa, hijos que no los visitan, médicos apresurados.

No esperes demasiado para darte cuenta de que la manera como responderás al envejecimiento es una decisión que se toma en la mente, no en el gimnasio o delante de un espejo.