Cuidando de ti, cuidador

Semana pasada, el 5 de noviembre hablamos sobre el día mundial de las personas cuidadoras. Cuidadores que cada vez son más personas en el mundo. Cuidamos de nuestros hijos, de nuestra familia, de nuestros empleos, de nuestros amigos, de nuestros abuelos, de nuestros padres y muchas veces no queda tiempo para cuidarnos de nosotros. Es un día para recordar y homenajear a estas personas esenciales en la vida de tantos pacientes.

Cuando cuidamos a una persona porque nos necesita, sea como cuidador profesional, sea como familiar, podemos encontrar algunas razones bastante convincentes para dejar de cuidarnos.

Cuando nos engañamos a nosotros mismos, comprometemos nuestra salud.
¿Cuánto tiempo cree que puedes conducir un coche cuando el indicador de combustible indica vacío?

Del mismo modo, seguimos funcionando durante días, semanas y meses mientras nuestro indicador indica vacío.
Si dejas de cuidar de ti, quedará poco de ti para compartir.

Hay un dato alarmante que nos comprueba que más de dos millones de personas en España y cuarenta millones en todo el mundo, necesitan de un cuidador. Casi en el 75% de los casos, este rol lo asumen familiares no remunerados, personas que renuncian a sus propias vidas por ocuparse de sus seres queridos. Pero esta decisión no es nada fácil, con todo amor que se emplee es una dura labor y más aún en el caso de enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson, el Alzheimer u otras demencias.

Según la doctora y directora de International Medical Institute de Vithas Internacional, Cecilia Almuiña, los problemas más frecuentes a los que se enfrentan los cuidadores son «la sobrecarga, la falta de tiempo para mantener la vida personal, las repercusiones laborales y económicas y la falta de reconocimiento social».

Si notas que tu cuerpo está quedándose sin combustible…tómese el tiempo para hacer algo para repostar. No tiene por qué ser gran cosa. A veces una pequeña pausa en la rutina, un encuentro con un amigo, una salida para ver algo novedoso, una tarde para hacer una siesta. Sí, lo sé. También odio cuando la gente me dice que reduzca la velocidad porque estoy corriendo en todas direcciones con diversas demandas en mi agenda. Si se siente estresado e incluso irritado, debe seguir leyendo.

Muchas veces son estas pequeñas cosas que pueden hacer una gran diferencia. Reduzca la velocidad y concéntrese en lo que necesita, ahora mismo.
No debemos olvidar que somos cuidadores de quienes nos importan: sean nuestras madres, padres, nuestros hijos o las personas que decidimos dedicarnos por nuestra profesión.

¡No podemos olvidar que cuidar habla mucho sobre el amor que rodea las relaciones de los que cuidamos! Pero para que podamos ver este amor, tenemos que cuidarnos.

En tiempos de cansancio y agotamiento que no olvidemos esta pequeña verdad. Tenemos una opción: sentirse impotente o actuar y el momento es de actuar.

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