Alzheimer: Cuando la comunicación corporal se hace más importante que la verbal

Los nuevos tiempos del coronavirus nos han obligado a valorar mucho más el lenguaje no verbal ya que con el uso de mascarillas los gestos pasaron a ser los protagonistas. Más que nunca tenemos que recurrir a gesticular más para poder apoyar nuestro lenguaje verbal y así poder lograr transmitir un mensaje efectivo.

Cuando hablamos de la comunicación con las personas con la enfermedad de Alzheimer, este lenguaje corporal es aún más determinante. Esto porque es muy importante que la comunicación verbal y la no verbal coincida.

Entendemos que el Lenguaje corporal:

Es una forma de comunicación no verbal que se basa en los gestos, posturas y movimientos del cuerpo y rostro para transmitir información. Suele realizarse de forma inconsciente, por lo que es un buen indicador del estado emocional de la persona.

¿Qué es importante al hablar con una persona con Alzheimer además de los tópicos de la comunicación verbal?:  Tener congruencia. Cuando lo verbal resulta incongruente con lo no verbal, nuestro cerebro desconfía. Cuando lo racional choca con lo emocional, nuestro cerebro entra en modo alerta. Hay indicios importantes como nuestra expresión facial y nuestra mirada.
Si les decimos que todo está perfecto y bien pero nuestro rostro demuestra preocupación estamos haciendo muy mal.
La enfermedad hace que la expresión facial reciba mucho más relevancia, así como los gestos, las caricias, el contacto físico. Por esto insistimos en la empatía a la hora de cuidar y de hablar con una persona con alzheimer u otra demencia. Pueda que él ya no consiga transmitir quién eres, pero es muy probable que aún pueda sentirlo.

Con todo esto no podemos descuidar del lenguaje verbal y aquí repasamos puntos importantes de esta comunicación:

  1.  Siempre debemos hablar en forma pausada y suave, con palabras de fácil entendimiento y frases cortas, transmitiendo seguridad.
  2.  Intenta hablar en sitios tranquilos, sin demasiadas distracciones ni ruidos
  3.  Evitar discutir y siempre es mejor cambiar de tema o seguirle la corriente cuando haga preguntas o comentarios sin sentido.
  4. No tener prisa, deja tiempo para que conteste a tu pregunta tranquilamente.
  5. Mirarlo siempre a los ojos a la hora de hablar para asegurarte que te ha oído
  6. Evitar usar dos tonos: el paternalista o el infantilizado, ya que además de inadecuado, puede generar sentimientos de frustración y rabia
  7. Usa palabras positivas – mejor decir lo que Sí se puede hacer a decir lo que NO.
  8. Evitar sobretodo preguntas que puedan generar frustración como: ¿te acuerdas de mí?, ¿sabes quién soy?
  9. Entablar conversaciones sobre el pasado, sus recuerdos, su infancia o juventud, ya que esta memoria suele estar presente y ellos pueden venir a disfrutar del tema
  10. Utilizar la mezcla de lenguajes verbal y visual, por ejemplo intentando enseñarle visualmente lo que quieres decir, o señalando y nombrando los sitios por donde estás pasando cuando le acompañes de paseo.

En resumen, lo que queremos dejar claro que que la persona con enfermedad de Alzheimer puede ser más sensible para interpretar los gestos y nuestro lenguaje no verbal, así como el estado de ánimo de los demás. Ellos son capaces de sentir el estado de humor de los que le rodean y esto interfiere directamente en su estado de ánimo también.

No siempre será fácil, pero la mejor que podemos hacer es intentar mantener conversaciones relajadas y sinceras. Que nuestro tono de voz y gestos puedan transmitir esta seguridad. Y si podemos tocarle con cariño, también es válido como una manera de tranquilizarlo.

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