Hace unos años, cuando era más joven, mi familia se reunía, generalmente los domingos, para una comida especial, y me parecía maravilloso cuando mis padres y tíos decidían contar historias de cómo éramos en la infancia o cómo ellos eran en otros tiempos. Hoy, como madre, termino descubriendo increíbles noticias sobre mí y afinidades con mis hijas.
Vivir en el pasado no es muy saludable, pero recordar el pasado, los buenos tiempos, es una excelente actividad y nos puede traer buen aprendizaje.
Y no hay nada mejor que hablar del pasado con quienes vivieron el pasado con nosotros o escucharon mucho sobre nuestro pasado.
Cuando trabajamos con personas, si prestamos atención de verdad, seguramente escucharemos historias muy interesantes. Esta historias no son simple cotilleo, nos puede indicar un camino a seguir, la manera de hablar con tal paciente para lograr mejor resultado; descubrir qué aficiones tenía y poder recuperarlas; conocer mejor sus intereses para que nuestro trabajo tenga más significado.
Seguramente, si trabajas como terapeuta ocupacional, puedes recordar algunas de las historias de las personas mayores que te harán sonreír o reflexionar sobre otros tiempos… y las guardarás en tus recuerdos.
La sugerencia de estimulación de hoy no es muy práctica, pero puede que sea muy rica para cualquiera que pueda hacerla.
Además, ya verás que puede ser un material muy bien utilizado, principalmente en esos días en que el paciente no está aceptando la intervención por tristeza, ansiedad, desmotivación u otro motivo,
El consejo sería usar un móvil o Tablet para grabar testimonios de familiares, amigos cercanos y cuidadores. En estas declaraciones, las personas deben contar historias, con detalles, de la vida del paciente. Historias divertidas, historias de amor, historias felices.
Lo ideal para preparar el material es concertar una reunión familiar con los familiares o acudir a una reunión que ya esté programada. En un solo día es posible recoger los testimonios de todos. O con la tecnología actual puedes pedir estos videos por WhatsApp y de esta manera respetamos los distanciamientos necesarios por cuenta del Covid ¿verdad?
Ya puedes imaginar la cantidad de estimulación o de provecho que puede tener ver la película con la persona mayor. Y quién sabe, en estos tiempos navideños poder regalar esta presencia (aunque sea virtual) como regalo para el anciano que está aislado. Una maravilla ¿no?
¿Se te ocurren otras ideas que puedes hacer con un material de este tipo? ¡Deja tu comentario!
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