El programa de estimulación cognitiva beneficia a los pacientes con trastorno neurocognitivo leve

Los estudios muestran que las personas con trastorno neurocognitivo leve mantienen su neuroplasticidad. Esto significa que no pierden la capacidad del sistema nervioso para cambiar los patrones de conexión, adaptarse y formarse a un nivel estructural y funcional, pudiendo así absorber nuevas experiencias, especialmente cuando hay algún monitoreo de estimulación cognitiva.

La estimulación cognitiva de las personas mayores con algún trastorno neurocognitivo es capaz de aportar mejoras significativas en el rendimiento cognitivo global, el control del lenguaje, además de proporcionar menos síntomas depresivos, en comparación con los grupos que no reciben estimulación.

Esto porque ésta persigue ciertos objetivos como «mejorar el funcionamiento cognitivo para ralentizar el proceso de deterioro, evitar la desconexión del entorno, aumentar la autoestima y la autonomía personal, evitar el estrés y mejorar la calidad de vida del enfermo y de su familia», tal y como dicen en tumayoramigo.com.

Adultos mayores o no, pueden mejorar sus capacidades cognitivas como el lenguaje, la memoria o la atención mediante la estimulación cognitiva. Para esto, es importante sensibilizar a los ancianos y sus familias sobre la importancia del control profesional con el objetivo de trabajar los dominios cognitivos durante el proceso de seguimiento como por ejemplo: la orientación (temporal y espacial), la estimulación de la atención, la memoria, el razonamiento, el cálculo y el lenguaje, a través de juegos cognitivos, entrenamiento de memoria y actividades diarias. Algunas tareas que se pueden desarrollar para fomentar esta estimulación cognitiva pueden ser actividades que impliquen la lectura y escritura, cálculo numérico, orientación, reconocimiento de sonidos y música, imágenes, objetos y formas a través del tacto, lenguaje, atención-concentración, copia de dibujos y realización de manualidades.

En teoría, hay algunos programas que sugieren una secuencia durante la sesión:
1- Orientación
2- Atención
3- Estimulación de otras habilidades cognitivas
4- Relajación y despedida.

Pero sabemos que en la práctica, cada sesión es una y que no hay una «receta de pastel» para trabajar con nadie, después de todo, cada demanda y su «solución» son únicas. Lo que importa, sobre todo, es la conciencia de que la estimulación cognitiva es un camino a seguir y que puede traer beneficios, especialmente si pensamos en la participación social de los ancianos.

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