Alzheimer: Cómo dormir bien (aunque seas el cuidador)

¿Qué significa dormir bien?

Esto es lo primero que tenemos que definir antes de seguir. En el post de ayer hablamos sobre el papel de la terapia ocupacional en relación a los trastornos del sueño. Por esto seguimos con el tema, porque sabemos que el concepto de dormir bien no está relacionado de forma cuantitativa, es decir, con el tiempo que empleamos en dormir. Por esto nosotros erróneamente asociamos dormir poco tiempo con dormir mal y dormir mucho tiempo con dormir bien.

Dormir bien es tener un sueño reparador y esto significa que cuando nos despertemos estaremos descansados y con energía para empezar nuevas actividades. No siempre es así, puedes dormir muchas horas pero cuando te levantas no te encuentras bien.

Por ejemplo: una persona puede dormir las 8 horas recomendadas para un adulto, pero durante la noche no podía respirar bien, estaba inquieta despertándose algunas veces por la noche, no ha encontrado una postura cómoda o no ha podido controlar un pensamiento invasivo que le ha impedido relajarse. Resultado, ha tenido un sueño de mala calidad, aunque haya dormidos en número de horas, las adecuadas.

Otro puede dormir solamente 4 horas por la noche, pero de manera profunda, de modo que al despertarse se siente descansado y a veces con una siesta corta a lo largo de día puede estar más despejado. Ha dormido un sueño reparador y este permitirá encargarse bien de sus ocupaciones.

Resumiendo, hablar de dormir bien o mal hace referencia principalmente al sentido cualitativo, y no solamente de la cantidad de horas dormidas.
Por esto decimos que uno puede dormir:

  • “suficiente y bien”
  • “mucho y bien”
  • “poco pero bien»
  • “mucho pero mal”
  • “poco y mal”

En el caso de los pacientes con algún tipo de demencia y con alzheimer, precisamente, el insomnio es el síntoma más frecuente y como consecuencia es común la excesiva somnolencia durante el día. No tener el sueño adecuado supone muchos trastornos no solamente de mal humor y agresividad del mayor, pero también de desorientación nocturna y agotamiento del cuidador y del resto de la familia al pasar las noches en vela.
Trata de hacer agradable el momento de irse a dormir y es importante seguir una rutina siempre.

Prácticas que pueden ayudar:

  • Irse a la cama y despertar a la misma hora todos los días
  • Hacer actividades y ejercicios durante el día para mantener el cuerpo activo, pero no demasiado tarde (un paseo por la tarde puede ser ideal para los mayores)
  • Mantener una temperatura adecuada en el dormitorio  (fresca)
  • Evitar tener luces brillantes, televisión o ordenador en el dormitorio. Lo ideal es no usar los dispositivos electrónicos justo antes de acostarse
  • Si posible, tener contacto con la luz del sol durante el día, si estás en confinamiento por cuenta del covid-19, aprovecha una ventana o un balcón para tomar el sol (La luz del día es clave para regular los patrones de sueño diarios, por lo menos, 30 minutos todos los días.)
  • Relajarse antes de acostarse, por ejemplo, tomando un baño, leyendo o escuchando música suave; Si puedes seguir el mismo ritual cada día, mejor.

Debemos evitar:

  • La cafeína,  la nicotina y bebidas alcohólicas antes de acostarse
  • Comidas y bebidas pesadas por la noche
  • Tomar siestas largas
  • Acostarse en la cama estando muy despierto. La cama debe ser el sitio para dormir y no hacer otras actividades (exceptuandose el acto sexual que es beneficioso para el sueño); Si no logras dormir por 20 minutos, es mejor levantar y hacer algo relajante hasta que tengas sueño.

Estos consejos pueden servir para la población en general y cuidadores al tratarse del transtorno del sueño, pero en el caso específico del Alzheimer os recomendamos que complementes esta información con el artículo:

Una buena noche de sueño: cómo conseguir que la persona con Alzheimer duerma tranquila en que tratamos con más detalles el caso de los qué tienen la enfermedad.