¿Sufres Edadismo? ¿Sabes cómo se manifiesta?

Necesitamos replantear el envejecimiento para tener una actitud social, política y personal diferente. Después de todo, estamos en un mundo envejecido (y cada vez más ) y todos estamos envejeciendo. De hecho, este es un punto que debería ser crucial para cada uno de nosotros: ¡estamos envejeciendo!

Una forma de replantearnos es abrirse al hecho de que podemos tener prejuicios contra la edad;  Esto afecta la forma en que pensamos, sentimos y actuamos ante una persona mayor o nuestro propio envejecimiento. Ante esta posibilidad (del prejuicio sin conciencia) quiero presentaros el término: Edadismo. Puede que hayas oído hablar sobre Ageísmo que es un préstamo del término inglés «ageism», que en 1968 se utilizó por primera vez para referirse a la discriminación por razón de edad, y más específicamente a la que se sufre al ir cumpliendo años. Pero edadismo es el término correcto cuando lo decimos en español.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la discriminación por edad como el estereotipo, el prejuicio y la discriminación contra las personas en función de su edad. La discriminación por edad afecta esencialmente la forma en que pensamos, sentimos y actuamos con las personas en vista de su edad cronológica o la percepción de que pueden ser demasiado jóvenes o demasiado mayores para ser o hacer algo.

La discriminación por edad puede expresarse de manera positiva (por ejemplo, el estereotipo de que los adultos mayores son sabios) o juicios de valor negativos (por ejemplo, el estereotipo de que los adultos jóvenes son irresponsables).

Aclaremos algunos términos que pueden hacernos pensar sobre el envejecimiento:

  • Estereotipo: componente cognitivo que se refiere a lo que pensamos sobre una determinada persona en función de su edad (por ejemplo, “creo que los adultos mayores son una carga para la sociedad”, “los adultos más jóvenes son activos”).
  • Prejuicio: un componente emocional que refleja cómo nos sentimos acerca de una determinada persona en función de su edad (por ejemplo, “Me gustan las conversaciones con adultos mayores”, “Las personas más jóvenes me incomodan”).
  • Discriminación: componente conductual que se refiere a cómo actuamos con otra persona dada su edad (por ejemplo, “trato de no interactuar con adultos mayores”, “evitamos a los compañeros más jóvenes”).

Esto incluye las acciones de las instituciones, que pueden imponer prácticas discriminatorias a través de política y legislación (por ejemplo, acciones de salud por edad en lugar de función o capacidad para beneficiarse, o prácticas de contratación discriminatorias en el sector laboral).

El prejuicio de edad puede dirigirse hacia otras personas (por ejemplo, una persona tiene prejuicios contra otra en función de su edad) y también hacia nosotros mismos (por ejemplo, las personas internalizan los estereotipos a los que están expuestas en la sociedad y  tienden a comportarse de esta manera).

Esto ayuda a explicar por qué las personas mayores a menudo tratan de mantenerse jóvenes o se sienten avergonzadas de envejecer, y por qué cuando las personas más jóvenes a menudo están ansiosas por su capacidad para realizar correctamente su primer trabajo.

Hay muchas acciones en todo el mundo para combatir el envejecimiento, especialmente las relacionadas con el envejecimiento. ¡Hablaremos más sobre esto aquí! 🙂