Escuchar «Quiero irme a casa» de un anciano con Alzheimer es bastante común, pero debemos tener cuidado con las respuestas, especialmente si los mayores ya están en casa.
En primer lugar, es importante entender por qué quiere ir a casa, que a menudo es solo una solicitud de comodidad, sin necesariamente tener que ir a algún lado. Puede estar indicando alguna necesidad básica (hambre, por ejemplo) o incluso algo de dolor. Necesitamos ser muy sensibles en este análisis.
Para los ancianos, escuchar que ya está en casa puede ser muy angustiante porque él no reconoce ese entorno como propio.
¿Pero qué hacer? Hay algunas formas de hacer frente que pueden aliviar los momentos de angustia y facilitar la resolución del problema.
1. Escucha, calma y consuela:
Como se mencionó anteriormente, la agitación a menudo es sinónimo de incomodidad, trate de escuchar las demandas de los mayores y ofrezca una manta reconfortante, una caricia o incluso una actividad de ocio.
2. Evite respuestas complejas:
Decir cuántos años ha estado viviendo allí puede confundirlo aún más, porque está seguro de que no es su hogar, y se vuelve cada vez más insistente y angustiado por tener un derecho (el de ir a casa) ignorado.
3. Estate de acuerdo con él e invítale a hacer algo:
«Está bien, Sra. Isabel, pronto estaremos en casa, pero primero tenemos que hacer una taza de té, ¿Me acompañas?», Siempre trate de invitarle a hacer algo que le guste hacer juntos; o incluso hablar sobre su casa, trasladar la cuestión a otros temas hasta que ya no se preocupe por volver a casa.
4. Llévalo a dar una vuelta a la manzana:
Llámale la atención sobre lo que se puede ver en la calle: plantas, personas, animales, etc.
Recuerda:
1. ¡Siempre habla con el equipo que sirve/consulta a los ancianos!
2. No todo lo que intentas funciona la primera vez. ¡No desanimes, esto será más fácil con la práctica!
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