¿Puede la educación temprana y la raza afectar el riesgo de demencia?

Un nuevo estudio sugiere que existe una relación entre la raza, la educación temprana y el riesgo de demencia entre los adultos mayores. Los investigadores pasaron décadas rastreando la aparición de la demencia en casi 21,000 adultos mayores en los EE. UU. y llegaron a dos conclusiones principales.

La primera es que los adultos mayores que, como niños, fueron educados en estados que generalmente tenían años escolares más cortos, clases más grandes y tasas de asistencia más bajas tenían un mayor riesgo de demencia después de los 65 años, en comparación con los adultos mayores criados en estados que ofrecían una educación de «alta calidad», lo que significa más días escolares, clases más pequeñas y una mejor asistencia.

Y la segunda es que los adultos mayores negros tienen muchas más probabilidades de haber crecido en un entorno educativo de «baja calidad» que sus pares blancos, lo que los pone en un riesgo mucho mayor de demencia.

Los investigadores se enfocaron en pacientes de Kaiser Permanente que habían completado una encuesta de salud opcional en algún momento entre 1964 y 1972 y tenían al menos 65 años y no tenían demencia en 1996. Todos los incluidos en el análisis nacieron entre 1902 y 1931. Aproximadamente el 57% de los pacientes eran mujeres. Aproximadamente 1 de cada 5 pacientes era negro, el resto eran blancos. Alrededor del 40% no habían completado la escuela secundaria.

Los investigadores evaluaron la calidad de la educación que cada participante probablemente habría recibido en su estado a los 6 años. La calidad se evaluó en función de las ratios de estudiantes y maestros, la duración del período escolar y las cifras de asistencia.

En general, entre el 21% y el 23% de los adultos mayores blancos crecieron en estados que ofrecían una educación de «baja calidad» a los niños de 6 años. Entre los adultos mayores negros, esas cifras aumentaron dramáticamente, a entre el 76% y el 86%.

Después de revisar los registros de nuevos diagnósticos de demencia entre 1997 y 2019, el equipo encontró que los adultos mayores que crecieron en un entorno educativo de baja calidad tenían significativamente más probabilidades de acabar con demencia en comparación con aquellos de estados con la mejor educación.

Los hallazgos sugieren que «las inversiones a nivel estatal en educación son importantes para el riesgo de demencia, y que puede ser importante abordar los factores sistémicos que contribuyen a la distribución desigual de tales inversiones en grupos minoritarios étnicos y raciales».

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