Hay demencias reversibles e irreversibles, ¿lo sabías?

¿Sabías que los síndromes de demencia pueden clasificarse como reversibles e irreversibles? Los estudios indican que, en promedio, el 5% de los diagnósticos de demencia pueden caracterizarse como casos curables.

Cuando hablamos de demencias reversibles, estamos hablando de factores externos (ambientales) o internos (metabólicos o estructurales) que favorecen la pérdida o confusión temporal de algunas habilidades cognitivas y motoras, lo que afecta su funcionalidad. Entre ellas, las causas más comunes son las de origen estructural (hidrocefalia de presión normal) y de origen metabólico (deficiencia de vitamina B12 e hipotiroidismo).

Los signos de demencia reversible son muy similares a la demencia irreversible, con olvido, alucinaciones, incontinencia y déficit motor, pero su aparición y desarrollo son aparentemente más repentinos.

Las demencias reversibles pueden estar asociadas con el uso de medicamentos, depresión (pseudodemencia), TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad) y deficiencia de vitamina B12. Estas demencias cuando son tratadas (por personal médico y de rehabilitación) pueden hacer que la persona regrese a su «cognición normal», en consecuencia a su funcionalidad.

Las demencias irreversibles son causadas por factores internos que conducen a la degeneración de las estructuras neuronales con trastornos que afectan principalmente el rendimiento cognitivo. Entre ellos, el más común es el Alzheimer, seguido de la demencia vascular y la demencia con cuerpos de Lewy.

Muchas asocian directamente las demencias como pertenecientes a la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, la enfermedad de Alzheimer es un tipo de demencia progresiva irreversible, no tiene cura y se encuentra entre las diversas clasificaciones de demencia. Por lo tanto, las demencias no son tipos de Alzheimer, pero el Alzheimer es un tipo de demencia.

TEN EN CUENTA: ¡Cuanto antes se tenga el diagnóstico, más tiempo habrá para tratar! Por lo tanto, es importante conocer los signos y señalar a su personal médico que le ofrezca al paciente un tratamiento temprano, una mejor calidad de vida y el mantenimiento de su función.

En caso de duda, busca un médico geriatra, neurólogo o psiquiatra para recopilar información y encaminarte a los equipos de rehabilitación para un mejor perfil funcional.