Alzheimer: Comprenda la enfermedad

¿Perderse, olvidar eventos recientes o comunicarse de manera desarticulada? Estas son algunas preguntas y temores que pueden impregnar el universo de la enfermedad de Alzheimer.

El envejecimiento de la población es reciente y está aumentando gradualmente en los países en desarrollo. Acompañado por este crecimiento, hay algunas preocupaciones, tales como: «¿Estoy listo para envejecer?» «¿Me voy a olvidar de mis amigos y familiares?»

Todas estas preguntas existen debido a la preocupación con enfermedades que pueden interferir con el funcionamiento motor y especialmente cognitivo de los ancianos, lo que interfiere con la independencia y la autonomía.

Las demencias son una preocupación importante en el envejecimiento. Se estima que para el año 2025 el número de personas mayores con demencia tendrá un promedio de 34 millones de personas en todo el mundo, por lo que debemos prepararnos y comprender más al respecto.

Entre las demencias más comunes se encuentran la demencia vascular, la demencia frontotemporal, la demencia con cuerpos de Lewy y la enfermedad de Alzheimer que representa aproximadamente del 50% al 75% de los casos. Esta es neurodegenerativa o sea, que degrada gradualmente las células nerviosas en la corteza cerebral, lo que conduce a una atrofia cerebral progresiva. Aún no tiene cura, pero existe un control de los síntomas, que puede variar desde las áreas cognitivas hasta las motoras y de la personalidad.

Cualquiera puede desarrollar alzheimer, pero hay algunos factores de riesgo que pueden influir en la aparición de la enfermedad o no, de la siguiente manera:

– Edad: es más común llegar a personas con edad avanzada
– Sexo: mayor incidencia en mujeres
– Factores genéticos
– Factores ambientales: relacionados con el estilo de vida
– Educación: educación más avanzada al aumentar la reserva cognitiva, retrasando la aparición de síntomas.

Los casos de Enfermedad de Alzheimer son progresivos y a menudo tardan mucho en notarse y diagnosticarse, ya que su inicio puede ser discreto y a menudo asociado con el olvido normal.

En la fase inicial, se produce un déficit de memoria a corto plazo (eventos recientes), con algunas dificultades en la orientación temporal (fechas, días, horas) y la orientación espacial (olvidar lugares o perderse con frecuencia). Durante la evolución puede haber afasia nominal (olvidando los nombres de personas cercanas), dificultades para controlar las finanzas y la toma de decisiones. Los cambios de personalidad ya pueden aparecer de manera muy sutil, como el egocentrismo, la apatía (perder el deseo de hacer actividades que le gustan), también pueden conducir a la desinhibición (hacer comentarios inapropiados o usar palabras inapropiadas).

Esto puede conducir a dificultades en las relaciones sociales, olvidar compromisos y descuidar el cuidado personal, olvidar cambiarse de ropa, cuidar la higiene personal, entre otros.

En etapas moderadas a avanzadas, las personas con Alzheimer pueden perder su autonomía (poder de elección), tener apraxia (dificultades relacionadas con el movimiento), agnosia (dificultad para oler, reconocer rostros, lugares …), la afasia empeora (con pérdida progresiva de la comunicación verbal). También pueden presentarse otros cambios, como alucinaciones (que implican dificultades para reconocer su propia imagen especular, ver objetos extraños …), delirios (ideas de robo, secuestro …) y algunos cambios en el sueño y la vigilia.

En la fase avanzada, el proceso de demencia es más agravante, la inercia se establece, puede estar acompañado de mutismo (silencio) e incapacidad para caminar, y también puede perder el control del esfínter.

Para el control de la enfermedad, las intervenciones se personalizan para cada caso, desde intervenciones farmacológicas, de estimulación y rehabilitación.
Si cuidas o convives con alguien que tiene la enfermedad puedes leer algunas sugerencias de actividades para hacer en familia, clic aquí.

La información contenida en esta publicación fue tomada del libro «Demencia en la vejez: contribuciones teóricas, habilidades para movilizar estrategias». Antonio M. Fonseca (org.)