Un nuevo estudio preclínico de la Escuela de Medicina de la Universidad de Wake Forest en Carolina del Norte sugiere que incluso cantidades moderadas de alcohol pueden acelerar la atrofia cerebral y aumentar el número de placas amiloides, que son la acumulación de proteínas tóxicas asociadas con la enfermedad de Alzheimer.
El estudio, publicado en Neurobiology of Disease, fue realizado en modelos de ratón con patología relacionada con la enfermedad de Alzheimer. Los investigadores les permitieron a los ratones beber agua o alcohol durante diez semanas y exploraron cómo el consumo voluntario y moderado de alcohol alteró la función cerebral y el comportamiento saludable y si alteró la patología asociada con las primeras etapas de la enfermedad de Alzheimer.
El consumo moderado de alcohol aumentó la atrofia cerebral y provocó un mayor número de placas amiloides, incluyendo un mayor número de placas más pequeñas, lo que potencialmente preparó el terreno para una mayor proliferación de placas en etapas posteriores de la enfermedad.
Por otro lado, la retirada aguda del alcohol aumentó los niveles de beta-amiloide, un componente clave de las placas amiloides que se acumulan en la enfermedad de Alzheimer. El estudio también encontró que el consumo moderado de alcohol alteró la ansiedad y los comportamientos relacionados con la demencia.
El estudio concluyó que el consumo de alcohol puede ser un factor de riesgo modificable para la enfermedad de Alzheimer y la demencia. El consumo de alcohol no solo puede aumentar el riesgo de enfermedades como la diabetes tipo 2 y la enfermedad cardiovascular, sino que también puede acelerar la patología de la enfermedad de Alzheimer. Los resultados sugieren que la exposición crónica al alcohol afecta negativamente el metabolismo del cerebro y del cuerpo, lo que aumenta el riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2 y la enfermedad cardiovascular.
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