8 razones para estructurar la rutina de las personas mayores con demencia

No tener una rutina estructurada puede afectar el proceso de estimulación de las habilidades cognitivas de las personas mayores con demencia, actividad que es necesaria en el proceso de atención contra la demencia.

Por el contrario, una rutina bien estructurada para esta audiencia puede brindarles beneficios de conducta, emocionales y funcionales no sólo para ellos sino que para todos los involucrados en el proceso de cuidado de esta persona.

La demencia es un síndrome, generalmente de naturaleza crónica o progresiva, en el que hay un deterioro en la función cognitiva (es decir, la capacidad de procesar el pensamiento) más allá de lo que se podría esperar del envejecimiento normal. Afecta la memoria, el pensamiento, la orientación, la comprensión, el cálculo, la capacidad de aprendizaje, el lenguaje y el juicio. La conciencia no se ve afectada. El deterioro de la función cognitiva suele ir acompañado, y en ocasiones precedido, por el deterioro del control emocional, el comportamiento social o la motivación.

La demencia es el resultado de una variedad de enfermedades y lesiones que afectan primaria o secundariamente al cerebro, como la enfermedad de Alzheimer o el accidente cerebrovascular.

La demencia es una de las principales causas de discapacidad y dependencia entre las personas mayores en todo el mundo. Puede ser abrumador, no solo para las personas que lo tienen, sino también para sus cuidadores y sus familias. A menudo hay una falta de conciencia y comprensión de la demencia, lo que resulta en estigmatización y barreras para el diagnóstico y la atención. El impacto de la demencia en los cuidadores, la familia y la sociedad en general puede ser físico, psicológico, social y económico.

La rutina estructurada ayuda a:

– Control de los cambios de comportamiento.

– Minimiza el estrés familiar

– Disminuye la ansiedad de los ancianos.

– Mantiene a la persona con demencia en la dinámica familiar

– Hace al paciente más activo, autónomo e independiente en las actividades diarias.

– Mantiene a las personas mayores más organizadas y orientadas temporalmente

– Promueve una sensación de seguridad 

– Favorece el equilibrio emocional

Cuando no hay una rutina estructurada, pueden ocurrir deficiencias funcionales tempranas, es decir, antes de lo esperado, los ancianos participan menos o dejan de participar en actividades que son parte de la vida diaria.