Contaminación del aire y demencia: una relación preocupante

La exposición a la contaminación del aire podría aumentar el riesgo de desarrollar demencia, según un nuevo metaanálisis de la Escuela de Salud Pública Harvard T.H. Chan. Más de 57 millones de personas en todo el mundo padecen actualmente demencia, y se estima que esa cifra aumentará a 153 millones para 2050. Los estudios sugieren que hasta el 40% de estos casos pueden estar relacionados con factores de riesgo potencialmente modificables, como la exposición a contaminantes atmosféricos. A continuación, examinaremos los hallazgos de este estudio y su importancia para la salud pública.

La relación entre contaminación del aire y demencia

El nuevo estudio es el primer análisis sistemático y metaanálisis que utiliza la nueva herramienta Risk of Bias In Non-Randomized Studies of Exposure (ROBINS-E) para evaluar la relación entre la exposición a la contaminación del aire y la demencia. También es el primero en incluir estudios más nuevos que utilizan la «identificación activa de casos», un método que implica la detección de demencia en toda la población del estudio seguida de una evaluación en persona para confirmar el diagnóstico en individuos que no padecían demencia al inicio del estudio.

Los autores del estudio examinaron más de 2.000 estudios y encontraron 51 que evaluaron la relación entre la contaminación del aire y la demencia clínica, todos publicados en los últimos 10 años. De estos, 16 estudios cumplieron los criterios para el metaanálisis.

La mayoría de los estudios se centraron en la relación entre la exposición a las partículas finas (PM2.5) y la demencia, mientras que el dióxido de nitrógeno y el óxido de nitrógeno fueron los siguientes contaminantes más estudiados. De los estudios incluidos en el metaanálisis, nueve utilizaron la identificación activa de casos.

Los autores del estudio encontraron una asociación consistente entre PM2.5 y demencia, incluso cuando la exposición anual era inferior al estándar anual actual de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de 12 microgramos por metro cúbico de aire (μg/m3). Específicamente, entre los estudios que utilizaron la identificación activa de casos, los autores encontraron un aumento del 17% en el riesgo de desarrollar demencia por cada aumento de 2 μg/m3 en la exposición anual promedio a PM2.5.

También se encontró evidencia que sugiere asociaciones entre la demencia y el óxido de nitrógeno (5% de aumento en el riesgo por cada aumento de 10 μg/m3 en la exposición anual) y el dióxido de nitrógeno (2% de aumento en el riesgo por cada aumento de 10 μg/m3 en la exposición anual), aunque los datos eran más limitados.

La importancia de los hallazgos

Los autores del estudio señalaron que la asociación estimada de la contaminación del aire con el riesgo de demencia es menor que la de otros factores de riesgo, como la educación y el tabaquismo.

Sin embargo, debido al gran número de personas expuestas a la contaminación del aire, las implicaciones para la salud a nivel poblacional podrían ser significativas. Además, la identificación de factores de riesgo modificables, como la exposición a contaminantes atmosféricos, es crucial para reducir la carga de la enfermedad de la demencia.

El estudio también destaca la importancia de usar herramientas como ROBINS-E para evaluar la calidad de los estudios ambientales y reducir el sesgo en los análisis. Estas herramientas pueden ayudar a los responsables de políticas y a los profesionales de la salud a tomar decisiones informadas sobre cómo reducir los riesgos ambientales y proteger la salud pública.

¿Qué podemos hacer?

Aunque la contaminación del aire es un problema complejo y multifacético que requiere soluciones a largo plazo, hay algunas medidas que las personas pueden tomar para reducir su exposición y proteger su salud. Algunas de estas medidas incluyen:

  • Usar filtros de aire en el hogar y en el trabajo para reducir la exposición a partículas finas y otros contaminantes.
  • Evitar las zonas de alta contaminación y, siempre que sea posible, elegir rutas alternativas para caminar o andar en bicicleta.
  • Apoyar políticas públicas y regulaciones que reduzcan las emisiones de contaminantes atmosféricos a nivel local y nacional.
  • Abogar por la inversión en energías renovables y tecnologías limpias que reduzcan la dependencia de combustibles fósiles y reduzcan la contaminación del aire.

Conclusiones

La relación entre la contaminación del aire y la demencia es un tema de gran preocupación para la salud pública y los responsables de políticas. Este nuevo estudio de la Escuela de Salud Pública Harvard T.H. Chan destaca la necesidad de abordar la contaminación del aire como un factor de riesgo para la salud y de tomar medidas para reducir la exposición a los contaminantes atmosféricos. Las herramientas como ROBINS-E pueden ayudar a evaluar la calidad de los estudios ambientales y reducir el sesgo en los análisis, lo que puede mejorar la capacidad de los responsables de políticas y los profesionales de la salud para tomar decisiones informadas sobre cómo reducir los riesgos ambientales y proteger la salud pública.