Las mejores reglas para ser más feliz y eficaz como cuidador

La palabra regla no es algo que nos guste especialmente, dicen que el ser humano ha creado las reglas para romperlas, pero sí que es verdad que en algunos casos pueden ser más que esenciales, principalmente si las sabemos adaptar bien a nuestra realidad. Es el caso de unas pequeñas Reglas existentes para los cuidadores de un anciano con la enfermedad de Alzheimer, por ejemplo.

Conoces el dicho, atribuido a Albert Einstein:
«Primero tienes que aprender las reglas del juego, y después jugar mejor que nadie.»

Pues es algo así. Nadie está preparado para vivir las 24 horas del día cuidando a una persona con Alzheimer, no existe esta escuela en nuestra vida.
Por esto hoy hemos pensado en aportar algunas reglas-consejos que te harán más ligera esta misión ya que te permitirá superar con éxito algunas situaciones que seguro harán parte de tu vida.

La adaptación es la clave del éxito. No todas las reglas sirven para todos, y tampoco todas deben ser aplicadas siempre.
Vamos a ellas:

1 – Mantén la calma
Puede que sea la más difícil de lograr pero por esto es la más importante. Muchas serán las situaciones en que te verás expuesto al comportamiento «inadecuado» de tu familiar, a una conducta sin lógica, a situaciones que parecen que están hechas para ponerte de los nervios. Recuerda que no es él, sino la enfermedad la que hace esto. ¿Cómo puedes tranquilizarte? Cada uno usa su técnica, o respiración, o das una pausa y mira otra cosa, o usas el humor. Cuanto más te enfades es posible que haya más reacción negativa, enfado, cólera, gritos, agitaciones… Este tipo de situación sólo aumentará tu estrés, así que, ¡evítalas!

2 – Aprende que él necesitará más tiempo para todo
Hay que dejar el tiempo que la persona con Alzheimer necesite para realizar las actividades por simple que parezcan. Cuidado con la “hiperestimulación». Cómo ya comentamos antes, no siempre es hora de hacer actividades de estimulación, esto puede desencadenar frustración por parte del mayor, que se encolerizará, gritará y romperá los objetos, entre otras posibilidades. A veces como su manera de comunicarse con el mundo, ya que ha perdido el control de la situación.
Déjale respirar. No encadene las actividades unas tras otras. Si le hace una pregunta, dale tiempo para comprenderla y para contestarla.
Y recuerda que no es en cualquier hora del día en que puedes encontrar la persona en un estado tranquilo y receptivo para la actividad que deseas hacer. Así que, si vas a colaborar con la persona en la práctica de la actividad, estate atento a esto y ten en cuenta que muchas veces es mejor hacer poco y con frecuencia que mucho en un solo día.

3 – Déjale vivir su nueva manera manera de vivir, a su ritmo
Aquí además del ejercicio de la regla 2, hay que tener en cuenta que hay que evitar dos situaciones:
No impedirle realizar las actividades de antes – No las hará tan bien como antes, pero aún puede seguir ayudando, con orientaciones en pequeñas tareas. Lee más aquí : Es común que las personas con Alzheimer que son más inactivas se olvidan mucho más rápidamente los hábitos de la vida diaria. Son excluidos muchas veces por la propia familia.
Tampoco se puede dejarle hacer lo que quiera. Esta recomendación sirve sobre todo para actividades que puedan herir a otro, o peligrosas, como puede ser: conducir el coche (cuando ya no está capacitado para esto), a jugar con objetos cortantes, a fumar en la cama, etc. Por otro lado, si él desea usar zapatos para estar en casa, jugar con muñecos o hacer algo fuera de lo habitual, no hay problema, si no es peligroso.

4 – No discuta
No servirá de nada discutir ya que su lógica ya no es la tuya. Así que si te acusa de haber robado su bolso, o le estás traicionando con otro, simplemente busca cambiar de tema para distraerle. Y no te enfades.

5 – No le eches bronca
No sirve de nada regañarle o amenazarle, incluso con el dedo. Siempre se valorarán los cumplidos cuando haya hecho algo bien que las broncas y reproches.

6 – Mantén la Rutina
Hay que utilizar al máximo la rutina que tu familiar elaboró en el transcurso de su vida, manteniéndola y evitando innovar: hacer siempre las mismas cosas, en el mismo orden, en el mismo sitio y a la misma hora.
Si quieres saber más sobre esto, lee: ¿Por qué la rutina al cuidar del mayor es importante?

7 – Prepárate a tomar decisiones en su lugar
Infelizmente la enfermedad de Alzheimer poco a poco hará que la persona, por muy independiente que haya sido a lo largo de su vida, no sea capaz de tomar decisiones. Y cuando llegue puede que te toque a ti o a otro miembro de la familia esta responsabilidad.
Las decisiones son múltiples y diferentes: pueden ser referentes a la gestión económica del hogar, otras son relativas a la vida en común, cuestiones médicas, etc
Es importantísimo ir preparándose para este momento y si tienes más familiares que puedan discutir, sopesar y compartir la responsabilidad, ¡involúcralos!

8 – Simula situaciones que puedan producirse
Intenta pensar y leer sobre posibles situaciones que pueden ocurrir cuando se cuida a alguien con Alzheimer. Siempre es difícil reaccionar con eficacia ante una situación imprevista. Así que sé precavido.
Por ejemplo: ¿Qué hacer si tu familiar sale sólo de casa y se pierde?
¿Hay que ir a buscarlo? ¿Es mejor esperarlo?
¿A quién hay que avisar? ¿Llamo a los hospitales? ¿A la policía?
¿Está provisto de una pulsera, de una medalla o de una Tarjeta de Identificación en la que figuran su nombre, apellidos, dirección y el número de teléfono?
Pensar en las situaciones que pueden ocurrir y saber cómo actuar, disminuirá su angustia y, si la situación se produce, aumentará la eficacia de sus decisiones.

Y la regla general y más que recomendada es no descuidarse nunca. El autocuidado es fundamental para la salud física y mental del cuidador.

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