La atención a adultos con autismo es un nicho de mercado en terapia ocupacional

Un estudio publicado por The Open Journal of Occupational Therapy  sugiere que trabajar con adultos con trastorno del espectro autista (TEA) sigue siendo un área de práctica especializada.

Según el estudio, para los niños con trastorno del espectro autista (TEA), la terapia ocupacional es el tercer servicio que se ofrece con más frecuencia en los Estados Unidos, después de la terapia del habla y las habilidades sociales. Por otro lado, la proporción de adultos con TEA que reciben servicios de terapia ocupacional después de la escuela secundaria varía de casi ninguno a 15%.

El objetivo del estudio fue examinar la amplitud de los servicios prestados a adultos con TEA por terapeutas ocupacionales en los Estados Unidos. Este estudio utilizó una encuesta en línea, con una combinación de preguntas estructuradas y abiertas.

En la muestra de 57 terapeutas, la mayoría de los participantes pasaron menos de la mitad de la semana trabajando con la población adulta de TEA. Los cuidadores fueron fundamentales tanto en la derivación como en el alta, y Medicaid fue la fuente de pago más común. El perfil sensorial del adulto fue utilizado por más de la mitad de los participantes y la integración sensorial fue el modelo más influyente subyacente a la práctica.

La evidencia sugiere que, si bien las personas con TEA pueden experimentar mejoras en muchos síntomas y comportamientos a medida que envejecen, las deficiencias en el funcionamiento adaptativo, definidas como las habilidades necesarias para una vida independiente apropiada para la edad, persisten en la edad adulta. Utilizando modelos de curva de crecimiento latente, Smith et al. (2012) encontraron que las personas con TEA experimentan una meseta en su funcionamiento adaptativo en sus 20 años y una disminución en sus 30 años.

En comparación con los adultos con otras discapacidades del desarrollo, los adultos con TEA tienen más desventajas económicas, educativas y sociales. Una revisión sistemática y un análisis del resultado general de los niños con TEA seguidos durante la adolescencia y la edad adulta descubrieron que casi el 48% de los participantes tenían resultados pobres o muy malos (es decir, requerían un alto nivel de apoyo).

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Los estudios que examinan resultados para adultos más específicos han encontrado consistentemente baja participación profesional, inclusión restringida de la comunidad y habilidades para la vida, y bajas tasas de asistencia a la universidad, incluso mientras se controla el coeficiente intelectual.

Las necesidades de una población adulta con TEA, que incluye adquirir y mejorar habilidades de vida independientes para participar en el hogar, la escuela, el trabajo y la comunidad, no solo están dentro del alcance de la práctica de terapia ocupacional (AOTA, 2014), sino que son ellas mismas la esencia de la profesión. Con una amplia gama de conocimientos relacionados con la salud, los terapeutas ocupacionales están preparados para desempeñar un papel clave en ayudar a los adultos con TEA a lograr resultados positivos en la salud y la calidad de vida.

Los participantes del estudio aconsejaron a los nuevos terapeutas ocupacionales que buscaran cursos de educación continua de alta calidad y orientación formal de colegas superiores.

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